31 mayo 2015
La excelencia podría ser vivir dando lo mejor de ti y trabajar de igual forma.
La excelencia no tiene nada que ver con los títulos académicos ni grandes gestas. Para vivir con excelencia solo hay que entender que no hay trabajos insignificantes en este mundo; cualquier tarea es una oportunidad para expresar el talento personal de cada uno. Cuando uno tiene presente esto, en cada acción que realiza le puede poner su sello personal con lo que irá tomando consciencia del genio que puede llegar a ser.
Cuando trabajamos desde esta perspectiva, nuestro trabajo se puede convertir en una fuente de inspiración para nosotros y también para los demás. Es probable que nuestra manera de actuar tenga un impacto en la vida de quienes nos rodean. El fondo de la cuestión es dejar de depender de la respuesta que “creemos” recibir de los demás, y decidir cómo queremos vivir nosotros.
Por poner un ejemplo, los taxistas. Puedes subir a un taxi y no cruzarte palabra con el taxista o puedes subir a otro y encontrarte a una persona amable, comunicativa, servicial….que te está dando lo mejor que tiene, su talento para comunicar, tratar con las personas, ser amable…. Seguramente este taxista disfruta de su día a día porque hace su trabajo con entusiasmo; y lo ha decidido él solo, no tiene un jefe que le está mirando y tampoco le pagan más por ser así. Simplemente trabaja con excelencia porque le aporta más satisfacción personal. Nadie se fija en ello, no recibe ningún reconocimiento, pero si subes a un taxi y te encuentras a una persona amable, lo valoras y quizás ese contacto te da “buen rollo” para todo el día. La excelencia tiene un impacto en nuestro entorno y sería increíble que se generaran “cadenas” de excelencia, por denominarlo de algún modo. Todos podemos poner nuestro granito de arena, cada uno a partir de los talentos personales que tenga y en su entorno del día a día.
Te dejo algunas pistas que te pueden ayudar a vivir con excelencia:
1) Encuentra tu propósito
Solo necesitas responder a una pregunta, ¿para qué?. La puedes aplicar a las tareas que quieras. ¿Para qué? voy a trabajar cada día… o ¿Para qué? educo a mis hijos….
2) Sigue tus pasiones
Si algo verdaderamente te gusta y eres bueno/a en ello, sin duda destacarás del resto.
3) Fuera tantas preocupaciones
La mayoría de nuestros miedos solo existen en nuestra cabeza y nos ponen muchas barreras. A veces es necesario poner un punto de inconsciencia y pasar a la acción. ¿Qué es lo peor que puede pasar?, ¿Y lo mejor?
4) Acércate a los demás
Deja de preocuparte por las respuestas que recibes y acércate a los demás con todo lo que tú tienes. El que lo aprecie bien y el que no también. Francamente, no tenemos ni la más remota idea de lo que pasa por la cabeza de los demás. Así que ni te lo pienses!
5) Hazte una lista de deseos
Además de tus propósitos para el día a día, es interesante tener una lista de deseos que te gustaría cumplir. Pueden ser una guía en las decisiones que vayas tomando a lo largo de tu vida.
Los modelos BAMBOO y ALIGAE de CoachingAgenda quieren aportarte espacios que te ayuden a vivir con excelencia. Por ejemplo, incluyen un Mapa de deseos para que te atrevas a soñar, Planes de acción para que definas tus objetivos a corto plazo u Objetivos del día para que te conectes con algún propósito para tu día a día. Sería increíble que entre todos fuéramos creando cadenas de excelencia…, si lo piensas, ¿por qué no? ¿te parece muy complicado?
Mi opinión personal es que la sociedad nos está llevando hacia este punto, hacia empezar a valorar las cualidades personales por encima de muchas otras cosas. Y sino, solo hay que fijarse en los procesos de selección de las grandes empresas, ya no se mira tanto el currículum académico, sino que se valoran de manera determinante aspectos como la actitud personal. Apostemos pues, por una actitud de excelencia!
Mireia Seró
Creadora de CoachingAgenda
Coach personal y Profesora
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Etiquetas: actitud, excelencia